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Un día comprendí

Un día comprendí a la mamá que vestía a sus hijos con ropa cómoda para que pudieran disfrutar de una piñata y a la mamá que lo hacía porque no tenía tiempo de ponerles la ropa de fiesta porque salía volando del trabajo, también a las que llegaban con pequeños príncipes y princesas perfectamente combinados.
También a aquella mamá que dejaba a sus hijos descalzos porque creía que era saludable el contacto con el suelo y a la que por nada del mundo se los quitaba para que no se enfermaran.
Entendí a la que llegaba a una reunión con cara de apuro pidiendo que alguien cuidara a su hijo para poder ir al baño o comerse algo con tranquilidad. Y a esa mamá que no compartía a sus hijos con nadie.
Entendí a la que llegaba tarde…(Nunca imaginé hasta hoy lo difícil que es estar a tiempo con hijos, trabajo y de más).
Comprendí a aquella mamá que en un restaurante no pudo calmar a su hijo, y tuvo que darle la nieve que pedía. Y también comprendí a aquella que solo le permite comer cosas saludables y orgánicas.
Comprendí a aquella mamá que no sabe qué hacer con un episodio de llanto y capricho de su hijo en el supermercado.
Como también comprendí…
a la que amamanta
a la que no,
a la que vuelve a trabajar rápido
a la que decide quedarse en casa
a la que hace home office,
a la que hace colecho,
a la que le encanta la idea de mandarlos a dormir a su propio cuarto.
A todas…
Porque un día fui mamá y acepté no ser perfecta porque no pude.
Acepté mi estilo propio, y sigo aprendiendo, me veo en cada una, abrazo y ayudo a las que puedo y me abrazo junto con ellas.

Tomado del muro de Mamá y maestra 

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